por Emmanuel Márquez / Easy Endurance
Denis Clemente ha sobrevivido muchas cosas difíciles en su vida: vivir sin sus padres en Estados Unidos desde los 15 años, salir ileso de una balacera en 2012 y sufrir una rotura del Ligamento Anterior Cruzado en su rodilla derecha a los 37 años. Sin embargo, de lo que nunca Clemente podría recuperarse es de estar lejos del deporte que ama. El baloncesto es su escudo y su espada. Un soldado del juego con 14 años de servicio.
Abril, 2022. Hace varias semanas que Denis Clemente tiene un dolor raro en su rodilla derecha producto de un choque con un compañero mientras defendía una cortina. El veterano armador piensa que es cuestión de tomarse unos días de descanso o que quizás la molestia mejore con hielo, masaje o Ibuprofeno. No es así y tras 11 minutos de acción en el próximo partido, Clemente ya no puede caminar sin dolor. Denis teme lo peor.
Junio, 2022. En los días subsiguientes, el mensaje llega alto y claro durante una caminata en la playa con sus dos pitbulls, Prince y Blue. La inestabilidad de la arena es demasiado para la rodilla de Clemente que cae sobre el grano dorado del balneario Los Tubos en Manatí, mientras sus perros lo ven llorar impotente. Denis ya lo sabe, si quiere volver a jugar deberá visitar al quirófano.
Marzo, 2023. Y así, ochos meses después de la cirugía, con 37 primaveras entre las costillas, Clemente completó una milagrosa recuperación a la vez que firmaba acuerdo de tres temporadas con los Capitanes de Arecibo. Quedaba basquetbol por jugar, pero también habían dudas.
“Una de las preguntas que tú te pones en la cabeza es si vas a volver a ser la misma persona”, expresó Clemente en un aparte con Emmanuel Márquez la temporada pasada. “Mientras está pasando todo eso, que no puedes jugar, no puedes caminar, no te puedes ni parar de la cama, no puedes competir, vienen todos esos pensamientos a la mente y es bueno para que los cojas de motivación y puedas ser igual o mejor que como eras antes”.
No debe ser un sentimiento fácil verse fuera del juego para alguien que desde los ocho años le expresó a su mamá que llegaría a ser profesional y viviría del baloncesto. Clemente nunca tuvo un plan b, desde que pisó la NCAA con la universidad de Miami y luego con Kansas State, su mente y su corazón estaban en la cancha.
Una de las preocupaciones de Clemente regresando de la lesión era mantener su velocidad. Dueño de un primer paso devastador, Clemente poco a poco ha llegado a recuperar su explosividad. Si lo vez hoy en cancha, probablemente no sospeches de su operación. Todo esto tiene una razón y una explicación.
La realidad es que nada de lo que Denis ha logrado hubiera sido posible sin una ética de trabajo elite. El orgullo del barrio Pájaros en Toa Baja, “desde la Holsum hasta Costco”, aprendió durante sus años en colegial que solo el trabajo y la preparación garantizan el éxito. Con tal mentalidad Clemente ha afrontado su carrera desde entonces, una que ya se extiende a los largo de 14 años.
“Para tú ser un ganador el primer paso es entrenar y prepararte. Yo me preparo para ser campeón, para progresar y mejorarme yo mismo. Yo entiendo que, con la ética con la cual yo me preparo desde que era rookie hasta ahora, es la misma. Sigo tratando de llegar temprano, tirar y quedarme tirando después de la práctica, ir al gym… Eso te hace campeón, no hay otra meta que ganar y ganar”, explicó Clemente.
El armador con experiencia profesional en Israel, Grecia, Italia y México participó en 32 de los 36 partidos de Arecibo la temporada pasada promediando seis puntos y casi dos asistencias por cotejo. No está mal para alguien que tuvo que rehabilitar una lesión mayor a los 37 años, hecho que hubiera retirado a la mayoría de quienes hubiesen estado en su lugar.
Más solido sobre sus piernas, Clemente llegó a la temporada 2024 esperando que su rol con los Capitanes fuera más significativo que en 2023. Pero hasta el momento, la tropa de Juan Cardona no ha necesitado mucho de Clemente. El perímetro de Stockton y Plummer ha estado impecable y su récord es el mejor de la liga con seis victorias antes solo un revés. Sin embargo, se trata de una campaña larga. Cosas pueden suceder y Cuando las millas cuenten, ahí estará Clemente ya sea para llevar el juego o para impactar con su ética y profesionalismo.
“Tenemos un buen núcleo, buenos muchachos, buenos compañeros, súper contento con lo que está pasando”, manifestó Clemente. “A veces yo me exijo tanto como jugador que los resultados que estoy buscando no llegan, pero estoy jugando bien, me siento súper bien. A lo mejor yo no estoy aportando tanto como se supone, pero sí en las prácticas, de la forma que nos preparamos y que yo me preparo. Yo entiendo que los muchachos hacen lo mismo y por eso se esta viendo la diferencia”.
Denis Clemente es de los que piensa que la edad es solo un número. Ciertamente, el final de su carrera está más cerca que el comienzo, pero porqué pensar en eso cuando tu amor por el juego apenas ha sentido el pasar del tiempo?
“Puedo seguir jugando baloncesto hasta que yo quiera”, asegura Clemente. “Gracias a Dios el cuerpo mío no se pone grande, se queda fino. “Mientras siga dándole a las pesas me mantengo joven, me siento bien, estoy rápido. He aprendido que cómo te preparares en la pretemporada es como tú te vas a sentir y yo siempre me preparo súper bien. Yo creo que lo puedo hacer toda la vida. Mi propósito y el porqué estoy aquí es porque el señor me hizo baloncelista y me dio el talento para poder vivir del baloncesto. Eso fue lo que yo soñé”.